Estancias por el mundo: 3r día: Desde Amman al Mar muerto

Aquella mañana tuvimos que preparar otra vez las maletas... Nos íbamos al Mar Muerto!!! Pero antes hicimos varias paradas turísitcas.

Antes de irnos de Ammán, hicimos una visita panorámica. Visitamos el Jebel Al-Qala'a, más conocida como la Ciudadela. Sobre esta colina habitaban los primeros pobladores de Ammán. Los restos de las fortificaciones demuestran que la colina sirvió de fortaleza durante miles de años.

Teatro romano: Desde arriba de la colina pudimos ver el teatro romano. Es el tesoro arqueológico más importante de Ammán.

Templo de Hércules: Algunas de sus columnas y parte del templo han sido restauradas.

Palacio Omeya: Para construirlo, los omeyas utilizaron una zona que estuvo ocupada por una serie de importantes construcciones, principalmente romanas, cuyas estructuras aprovecharon. Ahora es la sede del gobierno o centro político administrativo.

Museo arqueológico nacional: Tiene colecciones de antigüedades jordanas con piezas que van desde el período prehistórico hasta nuestros días, sarcófagos, cerámica nabatea...

Dimos una vuelta por la ciudad. Pasamos por la zona más moderna, donde tienen las embajadas los paises extrangeros. És una zona muy rica, un terreno cuesta 6.000.000 €!!! Encontramos cadenas tan internacionales como McDonald's o Donkin Donuts!! Nos impresionó a todos mucho la embajada americana, no tanto por sus dimensiones, sinó porque en cada lado de la casa tenían 4 o más coches, con ametralladoras en el techo, un tío con el coche arrancado y otro preparado para disparar... Como pá ponerse a chillar!!! (decían que era para la seguridad...)

Ya dejamos la ciudad atrás y nos dirigimos al Monte Nebo, sitio donde se dice que Moisés vió tierra prometida (Israel). Se dice que en días despejados se ve la ciudad más antigua (Jericó) e Israel desde lo alto del monte (nosotros no tuvimos suerte...).

Jordania se puede decir que es un pais muy desértico. Nada más dejar la capital nos dimos cuenta que nos envolvía la mayor parte del tiempo desierto... desierto... y más desierto!!

Desde que el papa Juan Pablo II fuera en el año 2000, hay muchos monumentos y sitios que lo recuerdan. Uno de ellos es una piedra en forma de libro (biblia), con la cara de jesus y los nombres de muchos discipulos tallados en ella. También encontramos el olivo que plantó.

Llegamos finalmente a lo alto del Monte, donde encontramos la Cruz de la Serpiente, que conmemora la muerte de Moisés. Algunos historiadores sitúan en este monte su tumba, aunque la Biblia deja claro que nadie conoce su localización.

Seguimos hacia Madaba. En el camino paramos en una tienda donde se hacen los famosos mosaicos a mano, y pudimos ver de primera mano su fabricación. Madaba tiene esa fama ya que allí es donde se encontró el mapa mosaico de la Tierra Santa (el mapa en mosaico más antiguo encontrado). Allí visitamos la iglesia de San Jorge donde se encuentra el mapa en cuestión.

Del mapa sólo se conserva una parte donde se puede distinguir Jerusalén, Jericó, Belén, Gaza, Jordania...

Antes de irnos ya hacia el Mar Muerto, nos paramos a comer y después de una comida árabe, unos dulces típicos de allí... no estaban mal!!

La llegada al Mar Muerto espectacular... Después de pasarnos el día viendo desierto, de golpe... AGUA!!! Pero lo peor aún tenía que llegar... el calor que hacía allí insoportable!! Menos mal que el hotel que nos alojamos era fresquito (Mövenpick Resort & Spa Dead Sea)!! En realidad allí es lo único que hay, hoteles para que la gente pueda disfrutar del relax y el Mar Muerto.

El hotel fue el mejor que estuvimos. No era cerrado sino como si fuera un pueblo y las habitaciones las casas. Tenía varias piscinas, la playa privada con su barro, un spa... Todo acondicionado para pasar el día perfecto!! (Ya se ve que la temperatura por la tarde era de 40 ºC! Hay que decir que el Mar Muerto está a unos 400 metros por debajo del nivel del mar, el punto más bajo de la Tierra...)

Cuando llegamos a la playa, ya nos quedaba mucho tiempo porque el sol estaba apunto de ponerse y el vigilante que había controlaba el tiempo. Solo nos dió tiempo de flotar por unos momentos, untarnos de barro y volver a flotar un momento más (al día siguiente disfrutaríamos más!).